Acabamos de volver del Parador de las Cañadas del Teide donde hemos estado alojados el fin de semana del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2012.
El parador está en un entorno excepcional, un paraje volcánico vigilado por la imponente cumbre del Teide. Llegamos por la tarde y después de cenar acudimos a la charla de divulgación astronómica que se celebra todos los viernes a las 10.30 y pudimos contemplar el maravilloso cielo estrellado. Aprendimos a reconocer a Jupiter, la constelación de Casiopea, Orión, la estrella polar y otras muchas estrellas que no recuerdo. Hay que ir bien abrigado porque hace más frío de lo que puede pensarse al estar en Canarias.
El parador estaba un poco frío y echamos de menos que hubieran encedido la chimenea en el salón. La habitación en la que estuvimos no es nada especial y pasamos frío en ella. A la mañana siguiente tras el desayuno, fuimos paseando hasta el teleférico con intención de subir a la cumbre del Teide. Cogimos la ruta 19 que está justo a la salida del parador y que conduce hasta el teleférico a través de un sendero de piedras volcánicas y matorrales bajo un cielo nítido e intensamente azul. El recorrido, agradable y sin ninguna dificultad, se realiza en hora y media.
Llegamos al teleférico y desgraciadamente lo habían cerrado por viento de 85 km/hora y habían suspendido la subida a la cumbre por hielo. Volvimos tristes de regreso al parador. En el camino sufrimos el fuerte viento en la cima del monte Majúa cubierto de piedra pómez.
Con apetito tras la caminata fuimos al comedor. Nos tentó el afamado puchero canario, rico y abundante, y de postre el "volcán del teide" más aparente que exquisito.
Amanece el domingo sobre Las Cañadas del Teide. Aprovechamos para acercarnos a los Roques de García antes de que nos recogiera el taxi en dirección al aeropuerto. Solo dos palabra im presionante.
Para terminar la valoración del Parador de las Cañadas del Teide:
Puntuaciones (0-5)
Entorno: 5
Parador: 3
Habitación: 2
Atención: 2-3
Gastronomía: 3
El parador está en un entorno excepcional, un paraje volcánico vigilado por la imponente cumbre del Teide. Llegamos por la tarde y después de cenar acudimos a la charla de divulgación astronómica que se celebra todos los viernes a las 10.30 y pudimos contemplar el maravilloso cielo estrellado. Aprendimos a reconocer a Jupiter, la constelación de Casiopea, Orión, la estrella polar y otras muchas estrellas que no recuerdo. Hay que ir bien abrigado porque hace más frío de lo que puede pensarse al estar en Canarias.
El parador estaba un poco frío y echamos de menos que hubieran encedido la chimenea en el salón. La habitación en la que estuvimos no es nada especial y pasamos frío en ella. A la mañana siguiente tras el desayuno, fuimos paseando hasta el teleférico con intención de subir a la cumbre del Teide. Cogimos la ruta 19 que está justo a la salida del parador y que conduce hasta el teleférico a través de un sendero de piedras volcánicas y matorrales bajo un cielo nítido e intensamente azul. El recorrido, agradable y sin ninguna dificultad, se realiza en hora y media.
Llegamos al teleférico y desgraciadamente lo habían cerrado por viento de 85 km/hora y habían suspendido la subida a la cumbre por hielo. Volvimos tristes de regreso al parador. En el camino sufrimos el fuerte viento en la cima del monte Majúa cubierto de piedra pómez.
Con apetito tras la caminata fuimos al comedor. Nos tentó el afamado puchero canario, rico y abundante, y de postre el "volcán del teide" más aparente que exquisito.
Amanece el domingo sobre Las Cañadas del Teide. Aprovechamos para acercarnos a los Roques de García antes de que nos recogiera el taxi en dirección al aeropuerto. Solo dos palabra im presionante.
Para terminar la valoración del Parador de las Cañadas del Teide:
Puntuaciones (0-5)
Entorno: 5
Parador: 3
Habitación: 2
Atención: 2-3
Gastronomía: 3
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